Peleas entre hermanos y hermanas.

Después del último artículo, son varias las familias que me han escrito preguntándome el cómo gestionar las peleas entre hermanos y hermanas, justo en periodos estivales como en los que nos encontramos, esto se hace a veces un poco difícil, porque además se suman otros estresores en los cuidadores, como la dificultad de conciliar.

No debemos de olvidar, que una pelea entre hermanos y hermanas es una oportunidad para que nuestros hijos e hijas entrenen habilidades en la gestión de conflictos y en la expresión emocional. Como cuidadores, es importante mantener la calma para ayudarles a gestionar la situación, es normal que a veces te sientas angustiado/a y frustrado/a al no saber cómo gestionar la situación.

  1. Dales tiempo. No intentes, que si están enfadados se les pase pronto y lo resuelvan, es importante que respetes su tiempo de gestión de lo que sienten. Seguramente tú cuando te enfadas con alguien, necesitas estar también un tiempo si hablar con esa persona.
  2. Fomenta la escucha activa. Ayúdales a gestionar el enfado de una manera adecuada, expresando cómo se sienten al otro de una manera asertiva.
  3. Establece normas claras: no insultos, no agresión física, nombrarse por el nombre, si en ese momento no son capaces, deberán de separarse físicamente e intentarlo más tarde, que cada uno esté en un espacio diferente de la casa. Si son muy pequeños como para dejarles solos o no hay espacio, estate presente con ellos.

4. Descarga física para conectar emoción con cuerpo. Ante la incapacidad de contención por presencia de gran malestar, cuando les hayas separado, dales indicaciones de respiración o una acción que les ayude a calmarse como pintar en una hoja, sacudir su cuerpo, contar hasta 10,etc.

5. Dialoga con ellos por separado y escúchales.

6. No tomes partido. No hagas comparaciones entre ellos. Proponles opciones, si son muy pequeños les costará encontrar una solución,  pero deja que sean ellos quienes encuentren la manera de resolver el conflicto.

7. No aceptes una solución que humille o deje en desventaja a alguno de ellos.

8. Refuérzales cuando no peleen. Invítales a expresar el afecto y el cariño en esos momentos, sé un ejemplo mostrándoselo, con abrazos, besos, palabras.

9. Felicítales cuando hayan gestionado un conflicto. Muéstrales que cosas han hecho para gestionarlo.

10. Habla de cómo gestionar la diferencia en momentos de calma, para que interioricen como deben de actuar cuando se dé la situación. Recuérdales situaciones en que ya han gestionado el conflicto.

Como cuidador, debes de observar si alguno de ellos necesita más atención o ser más visto o escuchado, dependiendo de la edad o las habilidades individuales de cada uno, gestionará la situación de manera diferente. Que sepan que pueden acudir a ti para apoyarse a gestionarlo, que su conflicto no signifique tu enfado, sino un apoyo para aprender a gestionarlo.

Si crees que los conflictos están afectando a su relación o te están sobrepasando, pide apoyo para trabajar sobre la dinámica familiar.

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios