Hoy he tenido la oportunidad de hablar con "Burbuja inmobiliaria" sobre la vivienda y como nos afecta a nuestra salud mental, os dejo aquí un resumen de las reflexiones abordadas. Leer la entrevista completa en burbujainmobiliaria.net
El art. 47 de la Constitución, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, entre otros reconoce el derecho a tener una vivienda digna.
“Tener una vivienda” no es solo el tener un lugar cubierto donde habitar, es el disponer de un lugar de refugio, protección y seguridad donde se desarrollan las interrelaciones más íntimas de las personas a nivel familiar o de amistad. “¡Que ganas tengo de llegar a casa, a mi hogar¡” lugar de descanso y reposo, donde podemos bajar nuestras defensas, relajarnos y descansar.
La caída del nivel adquisitivo y el alto coste del alquiler o la compra de una vivienda, hace que sea uno de los problemas sociales más latentes en este momento, genera gran vulnerabilidad y desprotección, sufrimiento emocional y puede afectar al estado de salud.
Es común emociones como la ansiedad, el miedo, la vergüenza, la paranoia y una tendencia al aislamiento y la depresión cuando esta necesidad básica no se encuentra cubierta a nivel individual o familiar, dando lugar a situaciones de gran vulnerabilidad.
Si nos centramos en la dificultad de los jóvenes para emanciparse, estamos hablando de una dificultad y frustración en su proceso de diferenciación de la familia de origen. La dificultad para poder generar una nueva identidad, con tu nuevo hogar, donde no solo se asume el privilegio de un espacio propio donde tu estableces tus normas y tal vez generes otro tipo de proyectos personales individuales o en pareja, si no se adquiere otro tipo de responsabilidades relacionadas con la autorregulación, la gestión del dinero y del tiempo, así como la creación de hábitos de autocuidado.
Cuando el malestar ante esta situación aparece, es importante el que nuestros jóvenes, sepan identificar que es un problema externo, coyuntural y no propio, la media de emancipación en la actualidad está por encima de los 30 años de edad

Deben de compararse con su momento histórico, no con el de sus padres y es importante el transmitir esto a los familiares con los que conviven, para que no se fomente la ansiedad y la frustración ante la imposibilidad de cambio. Se está dando incluso el fenómeno inverso, la reagrupación de familias enteras con los padres por no poder hacer frente al alquiler.
Es importante el prestar atención a los propios puntos fuertes y reforzarlos, creer en uno mismo y compartir con gente en la misma situación las emociones sentidas.
Juventud, salud mental y el acceso a una viviendaestá licenciada bajo CC BY-NC-SA 4.0© 2 por Alicia Nájera Rodríguez
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