"Bulling" o acoso escolar. Consecuencias en la edad adulta.

El 40% de los adultos han sufrido 'bullying' en su infancia: 9 de cada 10 admiten sufrir secuelas.

Hasta  1970 en países como Noruega o Finlandia no se empiezan a realizar estudios sobre   “El Acoso Escolar” con Dan Olweus

El Acoso escolar “NO SON PELEAS DE NIÑOS”  como en muchas ocasiones solemos oír.

Las redes sociales han propiciado el reencuentro de amistades de épocas infantiles. Para muchos, supone el rememorar eventos positivos, pero para  otros la vuelta al presente de fantasmas del pasado y que en muchos casos nunca se han ido.

Los efectos sobre todos los actores en una situación de bulling dependen mucho de sus circunstancias personales, su capacidad de afrontamiento y su resiliencia.

Víctima en la edad adulta

  • Falta de autoestima, baja confianza en sí mismos, desmotivación y dificultad para escoger futuro profesional. Sentimiento de incapacidad para lograr cosas en su vida o de merecer afecto, desvalorización. Ideación suicida.
  • Sentimiento de indefensión e incapacidad para resolver y enfrentarse a los conflictos.
  • Aumento de la posibilidad de vulnerabilidad social debido a dificultad de la empleabilidad a largo plazo.
  • Dificultad de vincular emocionalmente creando relaciones saludables y de apoyo. Aislamiento social. “no se puede confiar en nadie porque te pueden dañar”. Incapacidad de pedir ayuda.
  • Falta de habilidades sociales, ansiedad social y fobia social.
  • Incapacidad para poner límites de manera asertiva.
  • Problemas psicológicos: síntomas psicosomáticos, trastornos de la alimentación, consumo de sustancias tóxicas.
  • Síntomas psicóticos: estudios han demostrado que los niños que han sufrido acoso escolar tienen más posibilidades de sufrir alucinaciones auditivas o visuales, delirios o ideación paranoide en la adolescencia. Se interpreta que el estrés crónico secundario al abuso escolar actúa sobre la predisposición genética a la esquizofrenia de un menor, pudiendo desarrollar esta enfermedad en la edad adulta.

Agresor en la edad adulta

  • Carácter irritable, impulsivo e intolerante, baja tolerancia a la frustración
  • Personalidad autoritaria y violenta, creación de relaciones desde el dominio hacia los demás, conductas delictivas, incluyendo violencia intrafamiliar y de género; dificultades de adaptación social y estigmas.
  • Incapacidad de resolver los problemas sin violencia

Espectador en la edad adulta

  • Sentimiento de culpabilidad al evocar recuerdos de lo sucedido o en contrapunto de insensibilidad emocional con el sufrimiento de la víctima para evitar la culpa, con la implicación de la falta de desarrollo en empatía en situaciones similares.
  • Falta de confianza en la comunidad y en la creación de relaciones interpersonales positivas de apoyo.

 

Las situaciones de bulling, tiene consecuencias para quién infringe el acoso, para quien lo sufre y para los espectadores en la creación de su identidad. Todos ellos necesitan de apoyo.

 El aprendizaje tiene un papel muy importante. Los niños y adolescentes aprenden la agresión de los adultos o de otros niños y niñas a través de la observación y la imitación. Las series, películas e información en redes sociales tienen una gran influencia.

No debemos mirar a otro lado, enseñemos a nuestros hijos a que tampoco lo hagan forjándose fuertes identidades individuales y de compañerismo. 

Demos espacio y valía a las emociones de nuestros hijos y alumnos.

Si te identificas en alguna de estos papeles y crees que influye en tu día a día compártelo con quienes te rodean, el silencio es lo que hace que estas situaciones se perpetúen.

Fuentes de información:

- Causas y consecuencias del bulling o el acoso escolar. UNICEF. Blog.https://www.unicef.es/blog/educacion/acoso-escolar

- Fundación ANAR y fundación Mutua Madrileña presentan el VI Informe " La opinión de los estudiantes sobre el acoso escolar

https://www.anar.org/anar-y-mutua-madrilena-presentan-vi-informe-la-opinion-de-los-estudiantes-sobre-acoso-escolar/

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Comentarios

Conchi
hace un mes

Muchas gracias por compartir tan interesante y por desgracia tan actual tema.

Para mí como madre que soy me resulta una información muy útil, tanto a nivel personal como laboral.

Cómo siempre, artículos y reflexiones maravillosas y profesionales

Susana Perez
hace un mes

Que importante reflexionar sobre este tema. Falta mucho por hacer; Que necesario educar en la no violencia, en la tolerancia a la.diversidad....gracias Alicia

Rita
hace un mes

Muy completo e interesante este artículo sobre una cuestión de la que se habla mucho y se hace poco.
Me permito señalar dos puntos al respecto:

1. ¿Estamos preparados para detectar que nuestro hijo o hija es el agresor o cómplice de un situación de bullying?
¿O únicamente estamos pendientes de que nuestro hijo no lo sufra?

2. Los profesores, ¿están REALMENTE pendientes de las pequeñas agresiones, por las que se inicia un situación de acoso?. ¿Se vigilan los patios? ¿hay sanciones para los bullers? Se vigilan los pasillos? Y si la respuesta es sí entonces ¿Por qué este fin de semana mi hija de 10 años junto a su amiga, me comentan que si ellas sufrieran una agresión en el colegio, no se lo contarían a los profesores, porque (palabras textuales) "los profes no hacen nada"? ¿Por qué mis hija y su amiga (las cuales no sufren agresiones afortunadamente) me dicen eso?
No nos hacemos a la idea de lo grave que es esto, puesto que los profesores son los tutores legales de nuestros hijos cinco días a la semana durante la jornada escolar. Jornada escolar obligatoria por ley, es decir, son los custodios legales de nuestros hijos.
Y según ellos, no hacen nada. Y no me vengan con el cuento de las redes sociales. Hablo de niños en primaria, sin redes sociales, sin móvil, al menos en la clase de mi hija, las agresiones se producen en el patio, en los pasillos y en los millones de puntos ciegos que los profesores deciden tener. Eso si, luego se les llena la boca con las jornadas por la paz y la inclusividad etc

Alicia Nájera Rodríguez
hace un mes

Muchas gracias por la aportación. Efectivamente, desde el deseo de los padres de tener “hijos buenos”, en muchas ocasiones, “una venda nos cubre los ojos” y no planteamos la posibilidad de que nuestros hijos puedan ser “acosadores”, se puedan equivocar. Seguramente la culpa y el miedo, es lo que hace que exista esa dificultad, que nos hace actuar de manera irresponsable en nuestra crianza. El reto es no buscar culpables, si no soluciones a las situaciones. Partimos de que podemos equivocarnos y que debemos de ayudarles a mejorar e identificar sus errores para que de mayores “la huella del rol como acosador” no impregne su identidad y ofrecerles otras opciones de actuación. Identificar de dónde han podido imitar ese comportamiento y dinámica relacional. Educarles.
En cuanto al papel de todos los perfiles profesionales implicados en centros educativos u otros contextos como clubs deportivos, actividades extraescolares, etc; efectivamente son fundamentales. Los niños y niñas deben de sentirse protegidos, sentir que están en espacios seguros para poder pedir ayuda y confiar en que van a ser cuidados y salvados de esa situación. Por desgracia y por eso he querido reivindicar “Demos espacio y valía a las emociones de nuestros hijos y alumnos.” A veces quitamos importancia a sus expresiones emocionales o sus demandas cuando se salen de un “carita sonriente”, “son peleas de niños” porque nos da miedo no saber enfrentarnos a ello, no siendo responsables de lo que supone para un niño que “su adulto de referencia” no de valía a lo que siente, el resultado será no volver a pedir ayuda. La LOPIVI, “Ley Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia”, ha traído una nueva visión para que se actué desde diferentes contextos, y a la profesionalización de los diferentes perfiles, pero aún queda mucho que trabajar y protocolos que interiorizar en los profesionales que trabajamos con menores.

Ángel
hace un mes

Gracias Alicia por el articulo. El Bulling es un problema muy importante que tenemos que cortar entre todos, docentes, padres, todos.
Saludos